Un dato
curioso es que los coatíes siempre andan en búsqueda de comida y lo olfatean
todo, por lo que se han testimoniado algunos casos, en los que llegan a robar
las bolsas a las personas si perciben algo que puedan comer.
Los coatí son muy habladores y producen una variedad de ruidos como clics, gruñidos, silbidos y ladridos mientras buscan comida.
El coatí
animal, pasa la mayor parte de su tiempo en busca de comida y como son
omnívoros, comen prácticamente cuanto encuentran a su paso: lombrices,
lagartos, arañas, ratones, frutos e incluso huevos de pájaros, entre otras
cosas. Si los alimentos son escasos o su búsqueda y caza es infructífera se les
verá rebuscando entre la basura algo que comer, sin embargo, esto ocurre en muy
raras ocasiones y tan solo en circunstancias extremas.
De
igual forma, comen al instante lo que encuentran y no tienen la costumbre de
almacenar comida para días posteriores.
Para
encontrar alimento se valen de su hocico con el que excavan en la tierra, en
grietas y entre las rocas, además gracias a sus garras llegan a despedazar por
completo troncos muertos. Generalmente cazan a sus presas en horas diurnas,
pero si las circunstancias lo meritan pueden también hacerlo por la noche.
Cuando
buscan alimento comúnmente lo hacen en grupo y para ello aplican una
estrategia: unos dos ejemplares vigilan mientras los otros recolectan el alimento.
Pero si quienes vigilan perciben que se acerca alguien o que existe algún
peligro, advertirán a los demás quienes rápidamente treparán hacia los árboles
para mantenerse a salvo.
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